En el Campo de Batalla

                           En el Campo de Batalla

En el campo de batalla de nuestra vida templaría, hay que saber elegir el camino correcto. Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado, porque tras de ti solo quedan huellas y delante en tu paso quedarán.

La vida no mide los caminos que has andado, ni los obstáculos en los que has tropezado, ni cuenta los zapatos que has usado, ni los pasos que has dado, sino las huellas que has dejado.

No soy nadie para juzgar porque sé que soy el primero en tener defectos. No soy nadie para dar consejos, pero sé que cada vez que rio, las sombras se alejan y los fantasmas huyen… y cada vez que amo, el universo me obsequia de alguna manera. Lo tengo más que comprobado.

Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero, porque querer tener la razón es el peor de los desgastes, te quita el sueño intentando corregir al universo.


En el campo de batalla aquellas, las acciones malas que hagamos en nuestra vida debemos pagarlas, o bien con dramas extremadamente grandes que recompensen y sanen el karma, demostrando que aprendimos la lección, o a través de las reencarnaciones sucesivas, porque ni la muerte es el final, ni el nacimiento es el principio.

Es estupendo y maravilloso cuando no te controlan ni controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando no das ni exiges explicaciones, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores…eso es porque hace tiempo solté amarras, levé anclas y me quedé en Paz…

En el campo de batalla de nuestra vida templaría, el demonio dispone de un amplio guardarropa y no solo viste de rojo, así que no te fíes y estate alerta porque a veces el demonio engaña con la verdad, y trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes.

En el campo de batalla, actúa con humildad, que es una virtud humana y moral contraria a la soberbia, atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades y obra en consecuencia.

Un Templario que actúa con humildad es modesto y no se preocupa por sí mismo sino por los demás, no tiene complejos de superioridad, ni tiene la necesidad de estar recordándoles constantemente a los demás sus éxitos y logros, mucho menos los usa para pisotear a las personas de su entorno. En este sentido, la humildad es un valor opuesto a la soberbia.


Quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones, rechaza la ostentosidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.

CONTINUANDO LA TRADICION TEMPLARIA Conocimiento y Tradición Templaria sobre la Orden de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón.
“Lejos de lograr la paz, las guerras siempre sirven como aulas y laboratorios donde los hombres, las técnicas y los estados de cuenta se preparan para la próxima guerra.” – Wendell Berry-
En el campo de batalla, esta civilización llamada »humanidad» es así. A lo largo de toda la historia de la humanidad, prácticamente las guerras nunca se detuvieron.

En alguna parte del mundo, a cada momento, hubo, hay y por desgracia habrá una guerra, una batalla o algún tipo de conflicto que implique muerte, violencia y destrucción.

Siempre habrá un campo de batalla. Todos tenemos guardado un secreto bajo llave, en el ático de nuestra alma. No podemos negarlo. Todos disponemos de esos océanos privados en cuyas profundidades se hallan uno varios arcones secretos protegidos con gruesas cadenas y unos cuantos candados. De vez en cuando, nos asomamos allí, con sumo cuidado para recordar un hecho. Un detalle. Una imagen. Un placer oculto o incluso un momento traumático del pasado.

Un Caballero Templario ,un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él. Por eso, cuando entiende que está en el límite de su resistencia, sale del campo de batalla, del combate, sin culparse por haber hecho alguna locura inesperada y todo para mayor gloria de Cristo nuestro Señor.

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Un comentario

  1. Un caballero entraba en batalla pensando en sobrevivir y pensando en sus hermanos con el corazón y con humildad en alto pensando en su misión y se encomendaban a Dios para que los protejan en batalla y si moría con honor de servir a su orden

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