¿Por Que Soy Caballero Templario?
¿Por Que Soy Caballero Templario? Una pregunta muy habitual hoy en día. Eres un Caballero Templario, porque has sido creado para proteger al vulnerable y para ayudar al necesitado. Sabes que el mal abunda por el mundo. Para esto viniste, porque nuestro Señor necesita Soldados de Dios. La oscuridad no te asusta, viniste para disiparla.
Tu eres un Caballero que, por la fe, empuñas tu espada, que la cruz incrustada en tu pecho es signo de amor y gracia. En ti está la nobleza leal al puro sacramento, soportáis injurias de los paganos y de vuestras bocas no salen lamentos. Sois firmes seguidores de Dios alabado sea vuestro coraje, pues en la historia no se ha conocido a nadie que sea caballero y a la vez salvaje.
Vuestra historia remonta en los tiempos por ser como sois. Fuisteis atacados, pero nunca han logrado acortar el camino que, con amor y arte, os habían enseñado. Guardáis las reliquias del Señor, aunque por ello os cueste la vida, y en el cielo seréis honrados por la insignia de valentía.
¿Por qué soy Templario? Porque son las personas que transforman sus sueños en hechos reales.
Porque a su lado en Hermandad y Fraternidad todos tenemos la conciencia y el coraje para conseguir con todas sus fuerzas y energías que estas misiones de servir a la humanidad se conviertan en realidad. Somos capaces de transformar esto en una gran energía positiva al servicio de Nuestra Señora y de Cristo.
Queremos despertar conciencias, reclamamos que nuestro destino esté en nuestras manos y volver a vivir con las cabezas en alto. Los Templarios dimos un juramento y vida tras vida se es y serás Templario, por eso uno vuelve tarde o temprano a las fuentes….
Mucho no he de hablar, porque el juramento fue ante Dios, no ante los hombres, pero solo puedo decirte que el Temple vive en cada ser que ama con el alma hasta los huesos a Dios y su creación…
El Temple es eso y ser Caballero Templario te hace ser mejor ser humano sin dudas, porque cabeza se habré en la iniciación y empiezas a ver sin velo y comienzas a entender todo.
Templario, no tengas miedo y tu joven caballero, difúndelo a los cuatro vientos, a los campos enrojecidos de batalla hechos con la esencia de los templarios, «Se noble, se santo -» dice el vetusto canto templario-lucha por honor, no por algo distinto ,busca el destino, protege los caminos, abre tu corazón, grita tu canción, las tierras claman tu nombre, templario, no tengas miedo.
Nada se escapa a la Orden, todo lo ve y todo lo oye. El Temple vive dentro de cada Caballero Templario y se manifiesta en su proceder, en su forma de sentir y vivir su vida a diario, en cada momento, en cada acto y hasta en la propia respiración que impulsa la energía Divina por todo su ser, hasta alcanzar su Alma.
Caballeros y Templarios elegidos para manifestar y defender la Verdad para vivir en armonía en un mundo de Paz, Justicia y Libertad, las batallas que están por venir serán duras y sangrientas.
Los retos y pruebas a las que habrá que enfrentarse serán difíciles y extremadamente exigentes y de ninguna de las maneras tendrán término medio. Es muy simple : vencer o morir.
La inseguridad, el miedo o el temor, no existen en el espíritu de un Caballero Templario. Solamente existen en todos aquellos que tratan de silenciar la Verdad debilitando a la Orden porque se sienten inseguros y atemorizados ante la fuerza y el renacer Templario.
En los años venideros seremos testigos de hechos y acontecimientos que tenderán a cambiar el destino y los hábitos de vida de todos los seres humanos.
¡Somos hijos de la luz y junto con nuestra bendita Orden somos guardadores de la Fe cristiana que es el mandato de nuestro señor y recordar que somos sus servidores incondicionales en la Tierra porque Dios todo lo ve!
Queridos hermanos, desafíos de época nos esperan. Todos juntos con la Cruz de Cristo volvemos a celebrar su fraternidad como mando de batalla, devolviendo así, a los «Valores Templarios» a su antiguo esplendor.
Los Caballeros Templarios en defensa de la Iglesia de Cristo en el mundo, son los que animan la elección hacia esta unidad, su perfume, la victoria de la Luz sobre las tinieblas. Cuando te llegue ese instante, sentirás y te sorprenderá la fuerza de la llamada de Dios en tu alma, que despertara en tu corazón un deseo de entrega, de dar la vida, de seguir a Cristo con pasión, que moverá fuerzas interiores que antes desconocías.
Servirle como Pobre Caballero de Cristo hará que rompamos los moldes y los prejuicios que nos encadenan.
Nuestros antiguos hermanos de la Orden fueron llamados a una entrega total, a dar la vida siguiendo la Cruz, a vivir al borde del abismo y ellos lo siguieron sin dudar.
Nos impresiona su amor y desprendimiento, que como religiosos y guerreros consagraron su vida a Dios por entero rompiendo con el camino que seguían hasta conocer su llamada renunciando a otras vidas, a otros caminos, a otros amores.
Fueron elegidos de entre los mejores hombres y se alistaron junto a Jesús en la Orden. Rompiendo la lógica que seguían sus pasos hasta ese momento, dejándolo todo para estar más libres y correr tras Él. Sorprendentemente permanecieron fieles en medio del desierto, aferrados al fuego de un amor que no conoce límites y que nunca se ha extinguido.
El Caballero Templario es aquel que es más grande por dentro que por fuera, es aquel que no deja que nada lo detenga. El Templario prefiere ver sus días venideros y prepararse, que mirar el pasado y arrepentirse, sabe que entre mayores son las dificultades mayores son las oportunidades de crecer.
Pero, ¿cómo se entrena un templario?, enfrentando los obstáculos, aprendiendo de ellos para luego superarlos.
La recompensa de un Templario impecable, es mantener vivas sus ilusiones con cada una de sus acciones. El templario es el brazo que maneja la espada de Dios, ciertamente, un guerrero quien por la gloria del Padre mata y en su gracia muere.
Pero también, es una mano bondadosa y caritativa, una sonrisa afable, el reflejo del sacrificio de Jesucristo frente al espejo de nuestra autocritica y mejora constante, portador y garante del inmenso mensaje de amor y bondad contenido en su ejemplo y enseñanzas. Seamos guerreros, en la batalla, pero, al tiempo, transmisores de la palabra de Dios, de su mensaje de paz.
No todas las batallas tienen lugar en campo abierto, existe un enemigo cierto o se ganan con espadas y ejércitos. Estemos listos para tomar la espada, pero, más todavía si cabe, y, ante todo, tengamos lista y preparada nuestra Alma a través de la Fe, y luchemos con nuestras acciones, con nuestras palabras y nuestro ejemplo, por la Gloria de Cristo nuestro Señor.
++nnDnn++