LA PATA DE OCA – LA PATA PALMEADA

La pata de oca, o la pata palmeada, se encuentra detrás del simbolismo de ciertas sociedades iniciáticas.

Cuatro patas de oca unidas por el centro constituyen la cruz paté de Occitania y de la Orden Templaría (paté deriva de «pata palmeada»).

Dos cruces paté yuxtapuesta… (una blanca y otra negra) constituyen el octógono sagrado de los templarios…muy empleado en la arquitectura gótica catalana. No hay torre en Barcelona que no tenga como base el octógono. Allí encontraremos una de las pocas plazas octogonales del mundo: La plaza Milans, sita fuera la capilla del Palacio Menor de los templarios.

A partir del siglo XX, el Temple y el Cister se encargan de las construcciones que son dotas de una simbología en consonancia con el cristianismo.

En este capitel de ventana del Palacio Real, Estella, Navarra, en el lado sur, siendo Obra del Magister Martinus de Logroño, del siglo XII, se observa que el caballero que logra golpear su contrincante lleva en el escudo un símbolo doble, la Tau abajo y sobre ella una gran Pata de Oca.

La Tau de San Francisco es la señal que identificara a los justos durante el Juicio Final.

Charpentier afirma que, en cualquier mitología, la Oca es un símbolo que refleja al “iniciado” y ello se da desde lamas remota antigüedad. Habitualmente la Oca es simbolizada por su pata, lo que parece correcto por ser este el principal signo distintivo de ella.


El símbolo conocido como “pata de oca”, es una runa, en concreto la “runa de la vida”. Es la señal que otorga Melusina, la Madre Tierra celtica, compañera del dios Lug.

Ella, cuya particularidad es que posee una pata de oca, marca con este signo a los caballeros iniciados, “caballeros cygnatus”, llámense Percival, Lohengrin o Raimundo de Lusignan. Son estos personajes “cygnatus”, señalados con el signo de la pata de oca, los héroes de numerosos cuentos, romances y leyendas. Aparecen empuñando espadas encantadas y cabalgan mágicos corceles. Cabalgan sobre la Cábala, vehículo del conocimiento, guiados por la Mama Oca, la Madre Tierra.

Parece “alegoría “razonable, para el capitel de una logia de oficios, si consideramos que la “pata de oca “es una delas marcas distintivas de los Compañeros Constructores, quienes señalizaron con ella numerosos edificios, en la ruta peregrina hacia el Campus Stellae y el Finís Terrae.

Los cátaros, como los llamados cagots (del libro El conocimiento secreto), eran llamados «patarines», no aludiendo a la patena (la «copa sagrada»), sino a la pata de oca, que, por cierto. llevaban cosida -en una pieza de paño rojo- en su manga derecha. En fin, la oca es un elemento iconográfico (de carácter gnóstico, cátaro y pagano) de primera categoría.


En términos simbólicos, representa el hermafroditismo, que es una forma de denominar a la «dualidad primordial». Según Juan.

Si en algo se ponen de acuerdo los estudiosos de las cosas antiguas, es en el origen oriental de sus creencias.

El catarismo tiene claras resonancias gnósticas. En definitiva, los cataros, los “perfectos” pensaban que, en este valle de lágrimas, llamado “mundo de los sentidos”, se desarrolla una pugna continua entre dos principios irreconciliables: el Bien y el Mal; o, dicho de otra forma, la Luz y las Tinieblas.

El primero define el elemento constituyente del alma, encerrada en un foro de materia (nuestro cuerpo);

el segundo es todo aquello que se puede ver, oler y tocar, es decir, la realidad tangible.

El Dios del espíritu se enfrenta al Dios de la materia por adquirir la primacía en la continua batalla entre el Bien y el Mal.

Hasta que lleguemos a tener el equilibrio perfecto dominando ambas partes.

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