La Historia del Temple (Segunda Parte)
La Historia del Temple (Segunda Parte). Los inicios de la Orden forman más parte de la leyenda que de la historia científica, porque no conocemos los pormenores, ni el porqué, ni siquiera tenemos constancia absoluta de los primeros caballeros que acompañaron a Hugo de Payens.
De hecho, durante los primeros nueves años que permanecieron en los aposentos cedidos en el Templo, no efectuaron ni una sola misión de policía, ni como soldados, aunque si se sabe que estuvieron trabajando en los muchos túneles que tiene el lugar. Tampoco es claro ni explicable porque el rey de Jerusalén les concede un lugar privilegiado para ubicarse y durante años no les solicita ayuda ni explicación alguna.
Hugo de Payens era pariente cercano del Conde de Champaña y, posiblemente, también pariente del propio rey Balduino I de Jerusalén. Por ello, este les cedió el espacio de la Mezquita de Al-Aqsa, y cuando Balduino I abandonó la mezquita y sus aledaños como palacio para fijar el Trono en la Torre de David, todas las instalaciones pasaron a manos de los futuros Templarios, que de esta manera adquirieron no sólo su cuartel general, sino su nombre; por el Templo de Salomón.
Es más, el propio rey se ocupó de escribir cartas a los Reyes y Príncipes más importantes de Europa a fin de que prestaran su ayuda a la recién nacida orden, que había sido bien recibida no sólo por el poder temporal, sino también por el eclesiástico, ya que fue el Patriarca de Jerusalén la primera autoridad de la Iglesia que aprobó canónicamente la Orden.
En la historia del temple ,vemos que en 1128, nueve años después de la creación de la orden en Jerusalén, se reunió el Concilio de Troyes que se encargaría de redactar la regla para la recién nacida orden de los Pobres Caballeros de Cristo, Regla que fue encargada a Bernardo de Claraval. Fue en otoño de 1127 cuando Hugo de Payens pretendió que fuera reconocida la orden que había fundado, la cual atravesaba una crisis de crecimiento, deseando favorecer su extensión en el Occidente cristiano.
Partió para Roma con cinco compañeros a fin de solicitar del papa Honorio II un reconocimiento oficial. El Papa aceptó convocar un concilio en Troyes que debatiera el asunto, posiblemente porque todos los caballeros pertenecientes a la futura orden provenían de la zona de Champaña.
En el concilio estuvieron presentes: el cardenal Mateo de Albano como representante del Papa; el arzobispo de Reims, el de Sens; diez obispos; ocho abades cistercienses de las abadías de Vézelay, Cîteaux, Clairvaux (san Bernardo), Troisfontaines y Molestes; y algunos laicos entre los que destacan Teobaldo II de Champaña, el conde de Campaña, André de Baudemont, el senescal de Champaña, el conde de Nevers.
Quedo escrito en la historia del temple lo que Hugues de Payens relató en este concilio, los humildes comienzos de su obra, que en ese momento solo contaba con nueve caballeros, y puso de manifiesto la urgente necesidad de crear una milicia capaz de proteger a los cruzados y, sobre todo, a los peregrinos a Tierra Santa, y solicitó que el concilio deliberara sobre la constitución que habría que dar a dicha Orden. Se encargó a San Bernardo, abad de Clairvaux, y a un clérigo llamado Jean Michel, la redacción de una regla durante la sesión, que fue leída y aprobada por los miembros del concilio.
La regla del Temple es pues una regla cisterciense, que contiene grandes analogías con la Regla de Cîteaux. La Orden del Temple fue creada y dotada de la regla del «monje soldado»: sencillez, pobreza, castidad y oración. La Orden tuvo varios nombres: la «milicia de los Pobres Caballeros de Cristo«, los «Caballeros de la Ciudad Santa», los «Caballeros del Templo de Salomón de Jerusalén», la «Santa Milicia jerosolimitana del Templo de Salomón». Con el tiempo el nombre más común fue el de «Templarios«.
Balduino de Boucq (m. 21 de agosto de 1131) fue el segundo conde de Edesa de 1100 a 1118 y el segundo rey de Jerusalén de 1118 hasta su muerte. Balduino fue hijo de Hugo, conde de Rethel y su esposa Melisendra, hija de Guido I de Montlhery. Tenía dos hermanos menores, Gervasio y Manases, y dos hermanas, Matilde y Hodierna. Las fuentes se refieren a Balduino como primo de los hermanos Eustaquio de Boulogne, Godofredo de Bouillon y Balduino de Boulogne, pero la relación familiar exacta no se conoce. Dejó a su familia para seguir a sus primos en la Primera Cruzada en 1096.
La Mezquita de Al-Aqsa (Al-Masyid Al-Aqsa, literalmente «la mezquita lejana») es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. La tradición musulmana establece que Mahoma subió al cielo desde la explanada en 621. Esto supone que la mezquita es el tercer templo más importante para el islam.
Después de la Cúpula de la Roca (690) la primera mezquita de Al-Aqsa fue construida por los Omeyas y finalizada en 710. Fue construida sobre las ruinas de parte del Templo de Jerusalén original. La estructura fue destruida debido a sucesivos terremotos, y reconstruida al menos cinco veces. La última gran reconstrucción fue en 1035.
El Concilio de Troyes fue convocado en la ciudad francesa de Troyes el 13 de enero de 1128, con el principal objeto de reconocer oficialmente a la Orden del Temple.
Bernardo de Claraval (Bernard de Clairvaux) Nació en el Castillo de Fontaine-les-Dijon, Borgoña, 1090 y murió en el Monasterio de Claraval el 20 de agosto de 1153. Monje cisterciense y abad del monasterio de Claraval que, prácticamente se construyó para que él ocupara el cargo de responsabilidad. Con él, la Orden del Císter se expandió por toda Europa y ocupó el primer plano de la influencia religiosa.
Participó en los principales conflictos doctrinales de su época y se implicó en los asuntos importantes de la Iglesia. En el cisma de Anacleto II se movilizó para defender al que fue declarado verdadero Papa; se opuso al racionalista Abelardo y fue el apasionado predicador de la II Cruzada.
Es una personalidad esencial en la historia de la Iglesia Católica, tan importante como san Agustín o santo Tomás de Aquino, y la más notable de su siglo. Ejerció una gran influencia en la vida política y religiosa de Europa. Sus contribuciones han perfilado la religiosidad cristiana, el canto gregoriano, la vida monástica y la expansión de la arquitectura gótica. La Iglesia católica lo canonizó en 1174 y le declaró Doctor de la Iglesia en 1830…(continuará la historia del temple)
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