Camina Templario

Templario y caballero, camina Templario despacio, y observa… camina y disfruta la vida, porque cuando caminas deprisa no sólo te pierdes el paisaje, también te pierdes el sentido de a dónde vas y por qué.

Templario, camina, donde viaje tu mente, allí viajarás tú y donde se detenga allí quedarás parado y como dijo Sócrates… »En realidad yo no puedo enseñar nada a nadie. Yo solo puedo hacerles pensar»…

¡Camina, Templario! ¿De qué te sirve ser templario cuando tan solo eres un crítico contemplativo de la realidad y un halagador del pasado?

No describas más la historia pasada… El templario hace historia, lucha contra el mal y no se conforma en la contemplación de este cuando el mal vive y ejerce en libertad. Ya está bien de contar historias del pasado y lo grandes que fueron otros.

El auténtico templario lucha contra el mal, no es un simple relator pasivo. Quien se preste a uniformarse de templario debe actuar como se espera de él, los juramentos hay que cumplirlos, más si se han hecho ante Dios.

¿Caballero y Templario, guerrero cómo no perder la cabeza en este mundo de desconocidos, de reyes y reinas sin reino que reinar, donde los que consideras leales se vuelven traidores ante una ficticia coronación innecesaria?

¿Quizás se trate de pactos pactados, de irrisorios gobiernos donde nadie gobierna y cada uno es lacayo de otro?

Al final los que se creen acompañados son los que más necesiten comprensión y afecto, porque no son conscientes de encontrarse en la más absoluta soledad y abandono.

Caballero y Templario, no caigas en la negatividad y en la maldad de las experiencias más duras y dolorosas de la vida, porque vivir es mucho más que eso, hay que pensar menos en los problemas y más en las soluciones. No nos vengamos abajo y aprendámonos de las personas que consideremos fuertes, de los intrépidos, imitemos a los valientes, a los luchadores, a los enérgicos, a los guerreros, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones difíciles, a los que saben decir »NO», a quienes vencieron y vencen a pesar de todo.

Templarios, caballeros y guerreros me entrego a la reflexión de cómo ha sido el resultado de mi camino en esta vida templaria en términos generales…

Considero y sé, que es la forma de aprender de todo cuanto me ha llegado, de los fracasos, de los logros, de los éxitos. Y así tomo una nueva posición para lo que está por venir en esta nueva etapa que está a punto de comenzar, porque al final todo plazo vence, todo es cíclico y continuo por alcanzar la cumbre de la más alta montaña, el riesgo lo llevo adosado y no me puede arrojar al abismo.

Es nuestro movimiento fecundo, es nuestra vibración a la par que nos sostiene y mantiene, es nuestra libertad que nos da alas para elevar el vuelo y avanzar, en el nombre de Dios, nuestro Señor.

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