Date a conocer…Templario
Date a conocer Templario y Caballero, tu que vives en este Mundo Templario y muéstrate tal como eres… sin velos, sin máscaras, porque tu energía es más elocuente que tus palabras. Las personas te sienten por como vibras, perciben por lo que trasmites, notan lo que eres, aunque no te puedan ver. Entre la esclavitud y la libertad están las Leyes Universales.
Las personas libres no escogen, no eligen, porque lo que llega es lo que Es. No hay necesidad de elegir.
Esa es la gran lección que debemos aprender que el cambio está en nosotros mismos, no podemos cambiar las cosas de fuera (el mundo) hacia dentro (uno mismo), para que funcione debemos hacerlo al revés de dentro hacia fuera, cuando seamos capaces de entender eso, el mundo cambiara verdaderamente.
Date a conocer Templario porque todos quieren cambiar el mundo y casi nadie quiere conocerse a sí mismo ni cambiarse a sí mismo. Esa es la gran paradoja de este momento tan especial que estamos viviendo, donde queremos cambiar a todos, al mundo, pero no dedicamos tiempo a mirar dentro de nosotros y esa es una de las claves principales, para que todo se encamine a un mundo mejor.
Date a conocer Templario, Caballero, guerrero, y si en el calor de la batalla necesitan una razón para seguir luchando, una idea por la que renunciarán a todo lo que tendrán, solamente tienen que mirar al hombre que lucha a su lado. Este es el «por qué» de la batalla. Esta es la hermandad de los monjes armados, de la Orden del Temple. Un vínculo irrompible fortalecido por el crisol del combate. Jamás estarán más cerca de nadie que de aquellos con quienes derramen su sangre. Pues no hay ninguna causa más noble que luchar por quienes darán su vida por ustedes.
La fe nos demuestra aquí El Señor, que no es exclusiva de nadie, y menos de un pueblo. La fe es personal. Cada ser humano, si busca la verdad, está en el camino de la fe.
La búsqueda de la verdad nos hace comprender la pequeñez de nuestro ser. Así ante la presencia del Señor nuestra respuesta es la de: «No me encontré digno de ir a verte personalmente y menos de que entres en mi casa» Ya sabemos cómo es el señor con aquellos que lo buscan; la sanación en lo más profundo.
Date a conocer Caballero Templario, levántate con una sonrisa, deja ir la culpa, no mires atrás. Haz un plan, cree en ti mismo, disfruta lo que eres. Acepta tu humanidad.
Pide ayuda y acepta lo que otros tienen para darte. Dale las gracias. Cambia, sin demora y con ánimo.
Acepta lo que no puedes cambiar. Sé paciente. Mantén las promesas, las de tu corazón. No te recrees en el pasado. Vive con amor cada momento. Construye un mejor mañana. Abre tu corazón, explora tu alma. Recuerda, los milagros suceden.
Sonríe y no te olvides que cuando la voz de un enemigo acusa, el silencio de un hermano condena. En este mundo, necesitamos de esa humildad; necesitamos de sentirnos indignos ante El que todo lo puede.
Paz y bien hermanos, pero no renunciemos a la lucha, que ya sabemos cuál es: Oración, humildad y espadas en alto para la mayor gloria de Cristo nuestro Señor.
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