Fortaleza y Espiritualidad

Fortaleza y Espiritualidad Templaria

Templarios y caballeros, fortaleza y espiritualidad templaría van cogidas de la mano, porque el miedo puede esconderse detrás de muchas máscaras, pero ser capaz de afrontar la adversidad y salir fortalecido es todo lo contrario al miedo y se llama fortaleza.

Existe una lucha espiritual invisible de la que muchos aún no son conscientes. Una persona no espiritual dice: ¿por qué me pasa esto a mí? A cambio una persona espiritual dice: ¿Qué debo aprender de esto?

Un Caballero Templario, un guerrero espiritual es el resultado de múltiples transformaciones interiores. Él no está nunca sitiado porque estar sitiado implica que uno tiene posesiones personales que defender y un Templario no tiene nada en el mundo salvo su impecabilidad, y la impecabilidad no puede ser amenazada.

Nacemos, venimos al mundo solos, desnudos, sin nada, y nos vamos igual que vinimos: solos, desnudos y sin nada. Hay suficiente riqueza en el mundo para satisfacer las necesidades de todos, pero no hay suficiente riqueza para satisfacer la avaricia de algunos…

Hasta el día de hoy, la vida espiritual de un Caballero Templario se encuentra dentro del corazón, de lo salvaje. No le teme, la corteja.

Deja que hablen de ti, total, tú Templario sabes quién eres, que es lo que haces, que es lo que hiciste, que fue lo que dijiste… y ellos, no.

Que nadie tiene derecho a empañar tus días y sigue la corriente de tu propio rio, que no hay dos alas iguales, que las alas son distintas, que unas vuelan alto y otras aún quedan su vuelo a ras de tierra.

Los Caballeros Templarios, con su fortaleza y espiritualidad siempre dejan huella, no dejan cicatrices. A veces sentimos que lo que hacemos es poco, que no tiene apenas importancia, que llega a ser tan solo una gota en el inmenso mar, pero el mar sería menos y no sería igual si le faltara esa gota que somos cada uno de nosotros.

.       Templarios y Caballeros, guerreros, el plan de nuestra alma es fortalecer nuestro espíritu guerrero, tenemos que sentir cual es el propósito más profundo de los desafíos a los que nos enfrentamos en nuestra vida, para ser capaces de desarrollar nuestras virtudes de una manera más consciente.

En este viaje que es la vida a veces surgen tempestades, que nos desafían y llevan hasta los límites, sin embargo, es en esos momentos oscuros cuando podemos mostrar lo mejor de nosotros mismos, superando toda clase de obstáculos, con la determinación de quien continúa caminando hacia un objetivo, movidos por una luz prodigiosa que sale de nosotros.

Caballeros y Templarios, nos imponen costumbres que nos hace vivir en una jaula a pesar de tener la puerta abierta. No grites, no guardes rencor, no ofendas, no juzgues, no humilles y deja vivir.

Sé noble, íntegro, sincero. Los gritos son señal de debilidad. La humildad es señal de grandeza y no de pobreza interior…vive libre y lleva tus propias riendas. Tenemos fortaleza y espiritualidad, no somos tan buenos como parecemos, ni tan malos como nos piensan.

Nunca vamos a ser lo que otros desearían que fuéramos, ni lo que quisiéramos ser; tan solo somos lo que la vida nos enseñó, o lo que aprendimos de ella.

Templario y Caballero guerrero te van a criticar sin motivos, te van a odiar sin razones, te van a fastidiar sin darte explicaciones.

Te va a doler y quizás lloraras, pero las heridas sanan, y aprendemos a vivir con cada una de ellas, y está bien recordar, porque gracias a cada cosa vivida hoy somos lo que somos, somos dignos soldados de la Blanca Milicia de Cristo.

Caballeros Templarios, guerreros, confiaremos en nuestra fortaleza interior, en nuestra espiritualidad, intentar no cuesta nada, y soñar no lleva mucho tiempo, así que un pasito más, que, si se puede, porque mientras estemos vivos, el juego no está perdido, y podemos orar juntos bajo el manto de Nuestra Señora, para la mayor gloria de Dios nuestro Señor.

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