María de Magdala no fue una prostituta arrepentida, sino una mujer con autoridad en el naciente cristianismo.
Los cuatro evangelios canónicos son muy parcos en datos. Son textos que no narran todo lo sucedido, sino lo que se considera necesario para la fe de las comunidades. Recogen tradiciones recibidas y las aplican a los nuevos momentos en que se escriben. Los escritos están redactados desde el punto de vista de los varones y, así, las mujeres resultan invisibles o solo aparecen en situaciones muy significativas e importantes. Por eso, lo que los evangelios cuentan sobre María la de Magdala es poco, pero muy importante.
María de Magdala ,la Magdalena aparece en los capítulos finales de los cuatro evangelios, en los relatos de la pasión, que son muy antiguos, y los de la resurrección. Aparte de eso solo se le cita en el capítulo 8, 3 del evangelio de Lucas, donde aparece, con los doce y otras mujeres, acompañando a Jesús que va caminando de pueblo en pueblo y anunciando la buena noticia.
Varias cosas fundamentales: que fue discípula ya desde el comienzo de la misión de Jesús en Galilea. Que fue testigo de su muerte y sepultura. Que fue receptora de una aparición del Resucitado y enviada a anunciar su nueva forma de vivir. Y que fue preeminente entre las mujeres discípulas.Las cosas que se dicen de los discípulos le afectan a ella. Hay dos verbos que resumen la actitud del discípulo: seguir a Jesús, y servir. Compartió con Jesús y los demás discípulos su carisma y todos los estigmas, los sambenitos que se atribuían al grupo contracultural de Jesús, entre ellos, ser borrachines y comer mucho. Por ser discípula desde el comienzo, vuelve los ojos hacia el principio de la pretensión de Jesús, revisa todo lo que escuchó y aprendió de él. Las mujeres, en aquella sociedad y tiempo, no podían testificar ante los tribunales, pero María Magdalena fue testigo ante la comunidad de la muerte de Jesús y de la suerte que corrió su cuerpo bajado de la cruz.
Ser receptora de una aparición del Resucitado le otorgaba autoridad. Así, María de Magdala, o María Magdalena tiene relevancia comunitaria y preeminencia en el grupo de mujeres, y aparece encabezando casi todas las listas en que se menciona a mujeres. Magdalena fue apóstol, enviada a anunciar que Jesús había vencido a la muerte y que había que continuar con su causa. Rábano Mauro, obispo del siglo IX llamó a Magdalena “apóstol de los apóstoles” porque ella recibió la primera aparición del Resucitado y fue enviada a anunciar la noticia a Pedro y los discípulos.
Varias cosas fundamentales: que fue discípula ya desde el comienzo de la misión de Jesús en Galilea. Que fue testigo de su muerte y sepultura. Que fue receptora de una aparición del Resucitado y enviada a anunciar su nueva forma de vivir. Y que fue preeminente entre las mujeres discípulas.
Los evangelios apócrifos y otros escritos posteriores no dicen mucho acerca de personajes históricos. Más bien reflejan las actitudes y búsquedas de los distintos grupos que formaron el cristianismo primitivo. Suceden procesos de simbolización. Y, conforme avanza la presencia pública y la institucionalización de las comunidades, dentro de ellas se alude, y hasta se enfrenta, a la autoridad de Pedro y Magdalena en rivalidad, para resolver conflictos, a favor de hombres y mujeres.Pronto se discute la autoridad de la mujer para predicar y decir su palabra en las asambleas, usando términos de la filosofía, estoica, neoplatónica o gnóstica. En el temprano Evangelio de Felipe aparece de modo simbólico Jesús dando un beso en la boca a Magdalena, no con motivación erótica, sino como forma de comunicarle su espíritu y, con ello, autoridad para hablar y enseñar. En el siglo II, el llamado Evangelio de María recoge diálogos de discípulos, entre ellos Magdalena, con el Resucitado; María les transmite las palabras del Señor, pero Pedro pregunta: “¿Cómo ha podido decir el Señor a las mujeres lo que no nos ha dicho a nosotros?” y Magdalena llora, mientras Leví defiende su autoridad.
Y en el mismo siglo II, en los Hechos de Pablo y Tecla, Tecla, fundada en la autoridad que ha recibido de Pablo, se bautiza y se enseña a sí misma. En el libro Pistis Sofía del siglo III, se hacen a Jesús unas 70 preguntas, la mayor parte de las veces por mujeres; hasta que un hombre dice: “Señor, diles a las mujeres que se callen, para que podamos hablar nosotros”, y Jesús defiende el derecho de la mujer a interpelar y enseñar. En el fondo de todos estos textos se puede ver la definición de los papeles de género en aquellos momentos formativos del cristianismo.
CONTINUANDO LA TRADICION TEMPLARIA Conocimiento y Tradición Templaria sobre la Orden de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón.Lo que se conoce por Evangelio de María es un texto gnóstico escrito originalmente en griego, que nos ha llegado a través de dos fragmentos en papiro del siglo III, encontrados en Oxirrinco (Egipto), (P.Ryl. III 463 y P.Oxy. L 3525), y una traducción al copto del siglo V (P.Berol. 8502). Todos estos textos fueron publicados entre el año 1938 y 1983. Es posible que la obra fuera compuesta en el siglo II. En ella se representa a María, probablemente la Magdalena (aunque sólo se le llama María), como fuente de una revelación secreta al estar en estrecha relación con el Salvador.++nnDnn++
FUENTE
Carmen Bernabé Ubieta, doctora en Teología Bíblica, con cursos de especialización en Jerusalén y EE.UU., es profesora de Nuevo Testamento en la Universidad de Deusto
Estoy impresionado por el lujo del comentario sobre La Magdalena, ya que posee una verdadera riqueza de contexto, ya inicialmente en varios escritos le tildan de mujer publica, siendo, por lo que lei en una parte en algun lugar de que era Fenicia y que su padre un portentoso comerciante..