LA RESURRECCIÓN DE JESÚS: ¿ROBARON EL CUERPO? ¿SOBREVIVIÓ A LA CRUZ?
El historiador Javier Alonso López examina en su último libro los textos y las teorías sobre la resurrección de Jesús de Nazaret y ofrece la interpretación más actual de lo ocurrido.
Imaginen que un investigador lograse reunir a los cuatro evangelistas y a Pablo de Tarso para interrogarles sobre las extrañas circunstancias de la resurrección de Jesús de Nazaret. Primero pregunta si se apostaron vigilantes en la tumba. Todos lo niegan menos Mateo, que asegura que los saduceos pusieron soldados para evitar el robo del cuerpo. A continuación, quiere saber quiénes fueron los primeros en ir allí.
Ninguno de los cinco coincide. ¿Cómo se abrió la tumba? Mateo dice que hubo un terremoto y la piedra se movió, pero nadie más sabe nada del seísmo. El investigador empieza a impacientarse. ¿Coinciden al menos en los nombres de las primeras personas a las que se le apareció Jesús después de resucitar? Para nada.
Pablo dice que a Cefas, a los Doce y luego a quinientos hermanos. Marcos no sabe nada de eso. Mateo dice que las primeras fueron las dos Marías, Lucas responde que fueron los discípulos que iban a Emaús y Pedro, y Juan asegura que la primera fue sin duda María Magdalena. ¿Y la Ascensión? El único que tiene la certeza de que ocurrió es Lucas…Tan surrealista escena la recrea el historiador y filólogo semítico Javier Alonso López en su último libro, ‘La resurrección. De hombre a Dios’ (Arzalia) un compendio en el que nada falta y que se lee de una tacada sobre las ideas y textos que fundamentan la creencia en la resurrección de Cristo, pilar de la Iglesia Católica. Y que, desde la posición escéptica del investigador que sólo aspira a explicar los hechos, reconstruye el proceso mental que dio lugar a una de las mayores religiones monoteístas de la historia.
PREGUNTA. Entre el año 33 d.C. en que Yeshua bar Yosef es crucificado y el 54 en que Pablo de Tarso escribe la ‘Epístola a los Corintios’, se produce, escribe, «uno de los procesos más sorprendentes y de mayor alcance de la historia de la humanidad»: la creencia de que un hombre ha resucitado. ¿Por qué esta vez la idea de la resurrección, que no era nueva, logra un «éxito» tan descomunal?
RESPUESTA. Dentro del judaísmo ya existían otros relatos sobre resucitados, pero sus protagonistas no eran considerados hijos de Dios y portadores principales de un nuevo mensaje. En las religiones mistéricas del mundo clásico si había casos más parecidos, en los que se les ofrecía a los fieles la participación en la vida futura proporcionada por una divinidad que moría y revivía. Esa idea ya estaba presente en todo el mundo mediterráneo del siglo primero de nuestra era.
La promesa de una vida eterna tras la muerte, y que los pecados de todos han sido lavados por el sacrificio vicario de un dios hecho hombre es una oferta que difícilmente se puede rechazar. ¿A quién no le interesa que otro lave sus pecados y, además, le proporcione una vida feliz después de la muerte tan solo con creer en un dogma? Era mucho más de lo que ofrecía, por ejemplo, el judaísmo.
REFLEXIÓN¿A quién no le interesa que otro lave sus pecados y, además, le proporcione una vida feliz después de la muerte tan solo con creer en un dogma?
«Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe», dejó escrito Pablo. ¿Es posible ser católico hoy no creyendo al mismo tiempo que Jesús resucitara?
Ser cristiano y no creer en la resurrección me parece un malabarismo intelectual realmente complicado
No cabe ninguna duda de que Jesús de Nazaret existió, un predicador galileo del siglo primero que murió en la cruz en tiempos de Pilato
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