El Arquetipo Femenino

MARÍA MAGDALENA – EL ARQUETIPO FEMENINO (3°PARTE)

El arquetipo femenino representado en María Magdalena quien fue el personaje peor tratado de los evangelios por la propia Iglesia católica. Los motivos no son claros, pero el más posible es que se deba a la propia importancia que el discípulo al que Jesús amaba más especialmente, tendría en el cristianismo primitivo.

Lo cierto es que, aunque de forma sibilina, los datos están a la vista de todos, pero la jerarquía eclesial, absolutamente patriarcal, que hasta el Concilio Vaticano II (y más concretamente hasta el pontificado de Juan Pablo II) se ha preocupado por mantenerlos escondidos de las miradas de los fieles, tratando a María Magdalena como una prostituta arrepentida, o una adúltera a la que Jesús salvó de ser lapidada, etc… Es decir, que para la gran mayoría de los cristianos y, por extensión, de todo el mundo, María Magdalena fue una persona pecadora, abyecta, a la que el Maestro Jesús salvó, perdonó y reconcilió con el cristianismo.

Pero María Magdalena no es así, y lo exponen los propios evangelios. Era una persona que amaba a Jesús y Éste hacía lo propio; fue su primer y más importante apóstol (aunque a Pedro le escogió primero, María Magdalena fue, realmente, la elegida para salvaguardar el Secreto Mesiánico (junto a Santiago, hermano de Jesús, Pedro y, quizá, Juan); fue la persona que acompañó al Maestro de Galilea en los más trascendentales e duros momentos; y fue su más importante acompañante, podríamos decir que íntima acompañante, sin que ello nos ruborice, ya que el Amor que irradiaba Jesús era de la más absoluta pureza, y como Dios encarnado, no podía errar en sus elecciones, y menos en las más íntimas, sensibles, emocionalmente importantes.

María Magdalena es, para nosotros, los que seguimos su legado, muchas formas de ejemplaridad. Una de ellas sería la sanadora, como mujer, esposa, madre y depositaria de la energía femenina universal.

Si Jesucristo fue/era el Hombre perfecto, en todas sus consecuencias y realidades (también en lo femenino) en nuestro mundo, dual siempre, de equilibrio divino, tenía que tener una forma de polaridad inversa que mantuviera el orden (no nos referimos de la herejía gnóstica que nos refiere la dualidad bien y mal)  en lo físico.

Por ello, Jesús era todo: la sanación holística y total, pero en cuanto a la sanación más física, más terrenal, habría que buscar a quien es depositaria/o de la Sanación: la mujer antropológicamente, la figura social que siempre a guardado el fuego y el hogar, ha sanado a la tribu, ha sido consejera y sabia, ha sido la encargada de bendecir y la depositaria del don de la comunicación con el Astral y las deidades.

Por todo ello, María Magdalena, una vez fue sanada por Jesucristo y Éste le otorgó la Luz que sólo irradia luz, fue consagrada por el Maestro como depositaria del arquetipo femenino sanador, teniendo como misión principal mantener esta línea intemporal de feminidad que es, realmente, la sanadora del Planeta; y que está impresa en toda mujer (también en todo hombre) de forma latente. Y por ello, el Patriarcado, social y eclesial que aún gobierna esta sociedad, ha pretendido mantener a María Magdalena oculta de las miradas y de los corazones que sólo buscan la verdad.

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